"Soy un montador de cosas". ¿Se puede definir alguien de una forma más escueta y más exacta? Diego Marro es farmacéutico comunitario en Huesca, es formulista y fue durante dos años vicedecano de Farmacia de la Universidad San Jorge, de Zaragoza, y director del grado de Farmacia del mismo centro. Pero él es, sobre todo, montador de proyectos; emprendedor, lo llaman ahora. Ha sido el alma mater de iniciativas que ha tenido que construir desde cero. No se puede decir que de la nada, porque siempre ha partido de la principal materia prima: las ideas. Alguna de esas cosas que él ha montado, junto con un equipo de profesionales, ha sido la Facultad de Farmacia de la Universidad San Jorge, en la que por primera vez se incluyó la atención farmacéutica desde el primer año de carrera y no como algo optativo.
En su farmacia de Huesca ha seguido montando cosas, algunas rompedoras, como el Gym Marro. No es un gimnasio sino una sala de 30 metros cuadrados donde un fisioterapeuta imparte clases de ejercicio saludable. Además, ha creado un aula donde da charlas de educación sanitaria. Incansable, este emprendedor se fue a Gambo (Etiopía), como cooperante en un proyecto de la Fundación El Alto, para ayudar a construir un laboratorio de formulación en el hospital de la región.
¿Lo siguiente? Quién sabe. Lo que tiene claro es que busca cosas que le permitan compaginar su trabajo en la farmacia.
PREGUNTA.- ¿Ser locomotora y tirar del carro de tantos proyectos ta no es agotador? RESPUESTA.-
Siempre me he sentido muy apoyado por otros profesionales que han sido un referente para mí, y he trabajado integrado en un equipo.
P.- ¿Costó mucho crear casi de la nada los estudios de Farmacia en la Universidad San Jorge? R.- No fue un trabajo muy difícil. La gran ventaja que tuvimos fue partir de una hoja en blanco y plasmar en ella las tendencias de formación que se estaban desarrollando en Europa y Estados Unidos, donde viajé para entrevistarme con Linda Strand, la precursora del pharmaceutical care. En una carrera como Farmacia, en la que el 80 por ciento de los egresados va al mundo asistencial, era esencial incorporar este componente clínico y asistencial en el grado, y no como una especialidad o como una opción o en los últimos cursos, sino en el primer año y como una asignatura más.
P.- Difícil no fue. ¿Absorbente? R.-
Muy intenso y muy absorbente. Mis jornadas eran muy largas porque lo intentaba compaginar con la farmacia y la familia. Por las noches tenía que trabajar a escondidas; con dos niños pequeños…
P.- ¿Se sintió cómodo en las altas esferas universitarias?R.-
Sí, aunque como vicedecano me tocaba ir a las reuniones de la Conferencia de Decanos, donde yo era el nuevo y el más joven. Los decanos eran más mayores y tenían una concepción más clásica de la formación del farmacéutico, con lo cual a veces me miraban con un poco de escepticismo. Aun así, me acogieron bien.
P.- ¿Dónde se desenvuelve mejor: en un despacho o en clase?R.-
En las aulas, pero sobre todo en mi laboratorio.
P.- Innovar en su farmacia con servicios tan distintos a los tradicionales, ¿le ha generado enemistades?R.-
Siempre hemos intentado ser pioneros y eso en una profesión como la farmacéutica, a veces tan conservadora, no genera muchos amigos. A pesar de que el futuro de la Farmacia debe orientarse hacia el paciente, seguimos centrados en el producto. No se ha producido el cambio necesario para entender que debemos mirar al paciente.
P.- ¿Qué no haría nunca en su farmacia?R.-
Tenemos que tener claro nuestro papel asistencial y sus dos lineas fundamentales: la formulación y la atención farmacéutica (AF). Eso se debe complementar con otros servicios, como la divulgación de la salud. Cada farmacia debe ser un referente de salud en su comunidad, de ahí las charlas que hacemos o el Gym Marro... Lo que no tenga que ver con estos ejes no lo haría nunca.
P.- Ha estado en Estados Unidos, Brasil, Portugal, Francia y Suiza, asistiendo como ponente a congresos y formándose. ¿Puede ir la farmacia española con la cabeza alta?R.-
Sí. Tenemos grandes profesionales y muchas cosas que decir tanto en formulación como en AF. No tenemos que agachar la cabeza ni frente a Estados Unidos, donde se encuentran las mismas resistencias a la AF que las que hoy podamos encontrar en España.
P.- Dice que se siente muy cómodo en su laboratorio donde formula, y esta práctica la ha llevado hasta Etiopía. ¿Qué aporta la formulación a estos países?R.-
Es una manera barata y útil de tener medicamentos. No genera problemas de mercado negro ni de mafias asociadas al transporte de medicamentos y permite un abastecimiento continuo de fármacos en zonas de difícil acceso o rurales. Además, garantiza un medicamento adaptado a las necesidades de un hospital y a las condiciones climáticas de la zona.
P.- En Gambo aprendió algo más que montar un laboratorio; se aficionó a correr, ¿no?
En Etiopía amanece a las 6 de la mañana y los niños se juntan en el campo de fútbol para, después del calentamiento, correr. Y me apunté a hacer footing con ellos. Algunos corrían con las botas de fútbol, otros con mocasines y otros descalzos... Fue precioso ver amanecer, corriendo, con chiquillos, que se reían porque un blanquito corría con ellos... Y desde entonces he cogido la costumbre y todavía conservo aquella imagen en mi memoria.
EL PERFIL. DATOS PERSONALES. Nace el 1-II-1973.
FORMACIÓN ACADÉMICA. Licenciado en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y doctor en Farmacia por la Universidad de Ginebra, Suiza. Es máster en Ortopedia y Medicina Física por la UCM.
TRAYECTORIA PROFESIONAL. Es farmacéutico comunitario en Huesca, director del Máster en AF y Farmacoterapia de la Universidad San Jorge, de Zaragoza, y profesor de AF I, II y III del grado de Farmacia. Entre 2007 y 2010 fue vicedecano de Farmacia de la misma universidad.
OTROS MÉRITOS. Miembro de la Academia de Farmacia del Reino de Aragón, tesorero de la Fundación Pharmaceutical Care (2011) y vocal de la Asociación Española de Farmacéuticos Formulistas (2006).